Ciudad Doble Capítulo 5

Todavía recuerdo la suavidad de sus labios sobre los míos. Nunca antes había sentido un beso tan suave, tan cálido. Me apena que su primer beso haya sido con alguien como yo. A parte de  que soy una mujer también somos de ciudades diferentes… Si hablar entre nosotras está prohibido, si se enterasen del beso, ¿qué pasaría?

¿Cómo se habrá sentido ella? Después del beso no volvimos a hablar del tema. ¿Fue desagradable para ella? Me preocupa que no haya sido como ella esperaba… Es todo tan diferente para ella. Lo único que quiero es protegerle. No quiero que sufra malas experiencias.

-Tú.- escucho que me llaman- Tú.- insiste al ver que no le encuentro.

Es el chico a quien quemaron la casa.

-¿Qué pasa?- le pregunto con desgana.

-Los de arriba están rastreando en nuestra zona.- me susurra mirando que nadie nos vea.

-¿Crees que sospechan algo?- le pregunto bajando el tono de voz muy nerviosa.

-No estoy seguro. Solo quería advertirte.- centra su mirada en la mía por primera vez desde que hablamos- Ese día no estuvimos juntos, ¿de acuerdo?- mantiene la mirada- Yo diré lo mismo.

-Va-vale.- le respondo algo nerviosa.

-Nos vemos.- se despide comprobando una vez más que no nos han visto juntos.

¿Qué hago? No puedo decirle a Amaya que están rastreando porque puede que sospechen de alguien de nosotros… Si se entera de que he sido yo seguro que me apartará de su lado. ¿Quién querría estar al lado de una asesina? De quien tengo que protegerle es de mí… ¿Por qué está pasando todo esto?

Llego al camino y entro después de comprobar que no hay nadie cerca. Como siempre, me está esperando. Cuando me ve me sonríe.

-¿Cómo estás?- me pregunta levantándose.

-Supongo que como siempre.- le miento un poco. Estoy más nerviosa que de costumbre por todos los acontecimientos de la última semana.

-Si estás aquí será bueno.- sigue con su sonrisa- Tengo noticias de lo que planean.- me informa poniéndose seria- Quieren terminar con vosotros.- se sienta y me hace gestos para que me siente a su lado- Quieren involuclaros en la muerte del hombre que encontraron en el vertedero.

-Sobre eso…- se lo tengo que decir, aunque pierda su amistad y su ayuda- Lo hice yo…- le confieso.

-¿Cómo?- se extraña- ¿Qué hiciste?- le tiembla un poco la voz.

-Tenía miedo. Él se abalanzó sobre mí… Qu-quería que lo hiciese con él… Yo… Yo… Me negué y él…- noto que se me llenan los ojos de lágrimas- Él me forzó… Me…- “ese día no estábamos juntos”- Le golpeé la cabeza y… y…- empiezo a llorar por el recuerdo y el hecho de estar contándoselo- Lo hice yo…- evito mirarle. No quiero asustarle- No te lo dije porque tenía miedo de que te apartases pero…

-Fue en defensa propia.- me coge la mano- No lo hiciste a proposito.- me acaricia la cabeza y la apoya en su hombro- No te voy a odiar por eso.- me abraza- No se lo diré a nadie. Te lo prometo.- sigue acariciándome la cabeza- No dejaré que nadie lo sepa.- me besa en la frente- Sería lo que buscan para destruir tu ciudad.

-Siento haberte metido en esto.- me disculpo separándome de su hombro.

-Se lo buscó él solo.- le resta importancia- Ahora tenemos que pensar qué hacer para poder contraatacarles.

-No tenemos ninguna posibilidad contra vosotros.- le recuerdo.

-Puede que con vuestros medios no podáis pero con nuestra ayuda todo puede cambiar.- me dice más animada.

-¿Crees que estarán a favor de ayudarnos a luchar contra los suyos?- le pregunto dando por hecho que la pregunta está respondida.

-Nos nos hagas tan fríos.- me aparta fingiendo molestia- No todos estamos a favor de la situación actual.

-¿Has hablado de esto con otros?- le pregunto preocupada.

-Yo no saqué el tema en ningún momento.- se encoge de hombros- Básicamente me limito a escuchar, rara vez doy mi opinión. Me preguntaron si tenía algo que ver con lo de mi tío cuando se enteraron. Temían que pudiese chivarme de sus ideales. Ya está confirmado que pensamos todos igual y que hay que hacer un cambio.- me explica con seguridad.

-¿Y cómo lo hacemos? Yo no he escuchado nada de eso en mi zona. Tienen demasiado miedo como para comentarlo.- le explico.

-Eso es un problema.- habla pensativa- Y no quiero ponerte en peligro por pedir un cambio…- deja una pausa- Miraré qué puedo hacer con los de tu zona. Debe haber algo que les haga perder el miedo.

-¿Estás segura de eso?- ahora soy yo quien se preocupa.

-No estado tan segura en mi vida.- responde con seguridad.

—–Fin del capítulo

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